Hoy en día existen infinidad de productos financieros en los que uno puede invertir, pero sin duda, junto con los activos inmobiliarios, los más comunes son las acciones y los bonos, o bien renta variable y renta fija, respectivamente. De hecho, la mayoría de activos financieros tal como fondos de inversión, índices, opciones y otros muchos derivados, son una combinación o guardan una estrecha relación sobre estos dos tipos de activos. Pero todo eso lo iremos viendo más adelante, hoy vamos a empezar por entender qué es una acción, probablemente el primer activo que nos viene en mente cuando pensamos en la inversión en bolsa.
Una acción financiera es un título que representa una parte de la propiedad en una empresa. Las acciones son emitidas por las empresas para obtener capital y pueden ser adquiridas por inversores que quieran obtener una participación en el negocio.
El lado negativo de emitir acciones y sumar nuevos inversores, es que los actuales propietarios o inversores en la empresa se diluyen. Es decir, pasan a tener un menor porcentaje de la empresa. Así pues, el hecho de emitir nuevas acciones debería ser por una causa justificada, como por ejemplo la apertura de una nueva sede, o para el desarrollo de un producto.
Hay diferentes tipos de acciones, como las acciones comunes y las acciones preferentes. Las acciones comunes son las más habituales y dan a los propietarios derechos de voto en las decisiones de la empresa y el derecho a participar en los beneficios de la empresa a través de dividendos en caso que la empresa decida repartirlos. Las acciones preferentes, por otro lado, no dan derechos de voto a los propietarios, pero a menudo tienen derechos a una tasa de interés fija y a la prioridad en el pago de dividendos y en el caso de liquidación de la empresa.
Las acciones se negocian en los mercados financieros, donde los inversores pueden comprar y vender acciones de empresas. El precio de una acción se determina por la oferta y la demanda en el mercado y puede fluctuar debido a factores como el rendimiento financiero de la empresa, las perspectivas de crecimiento a largo plazo, el entorno económico general e incluso el sentimiento de euforia o pesimismo generalizado entre los inversores.
Podemos adquirir acciones de una empresa de diferentes maneras, como comprando acciones directamente en el mercado a través de un broker online o mediante el uso de productos financieros como los fondos mutuos o los ETF (Exchange Traded Fund) que invierten en acciones. Los inversores que poseen acciones de una empresa tienen un interés en el éxito a largo plazo de la empresa y pueden participar en las ganancias de la empresa a través de los dividendos y el aumento del precio de las acciones.
Habiéndote dado ya una descripción más formal para que no se me quejen los tiquis miquis, mi objetivo no es describirte las cosas tal y como las podrías encontrar en un libro o en Google, así que vamos a comprenderlo con un ejemplo simple. Imagina que una panadería tiene un valor de 100.000€. Como llegamos a esa valoración es ahora mismo irrelevante, quiero que nos centremos en entender el concepto de acción. Esta panadería ha emitido sólo 1.000 acciones. Con esa información, y antes de seguir leyendo, trata de pensar qué precio crees que tendrá cada acción.
Correcto, si el negocio de la panadería se estima en 100.000€ y sólo circulan 1.000 acciones, el valor de cada acción individualmente deberá ser de 100€, de forma que 1.000 acciones x 100€/acción nos resulte en un valor de 100.000€ para la empresa.
Si nosotros quisiéramos invertir 1.000€ en la panadería, adquiriríamos 10 acciones, pasando a ser partícipes en un 1% de la evolución del negocio. Al ser accionista de una empresa, buscamos rentabilizar nuestra inversión principalmente por dos vías:
- Por reparto de dividendos. La panadería podría optar por repartir parte de sus beneficios entre sus accionistas. Por ejemplo, podría destinar 5.000€ de sus beneficios anuales en remunerar a los accionistas. Dado que hay 1.000 acciones, se repartirán 5€ por cada acción que poseamos, es decir, 50€ en nuestro caso, lo cual supondría una rentabilidad del 5%.
- Por revalorización de la acción. Este punto tendría diversos subpuntos, ya que la revalorización de una acción puede deberse a distintos factores, tales como: incremento de ventas o márgenes, reducción de costes, reducción de la deuda en caso que la tuviera, desarrollo de un nuevo producto o servicio, recompra de acciones, o incluso sentimiento de mercado. No te preocupes, en este momento no es necesario que entiendas al 100% cada factor. Para simplificar, y de forma intuitiva, vamos a decir que si la empresa hace las cosas bien y el mejora el negocio, es obvio pensar que el valor de la panadería va a aumentar con el tiempo, y por lo tanto, de forma equivalente nuestras acciones. Por ejemplo, si pasados 5 años la panadería ha aumentado la clientela y ha conseguido mejorar sus márgenes, podría pasar a valer 150.000€. De esta forma, en 5 años las acciones habrían pasado de valer 100€ a 150€ cada una, y nuestras inversión inicial de 1.000€ se habría convertido en 1.500€.
Pero, además, cada año habríamos ido recibiendo el dividendo, lo cual asumiendo que no ha variado, nos habría reportado 250€ extra (50€ por año). En total, habríamos ganado 750€ en 5 años con nuestra inversión inicial de 1.000€, lo cual sería una rentabilidad aproximada del 11% anualizada.
