Tiquismiquis – ¿Y qué haré con tanto tiempo? ¡No quiero perder el contacto con mis compañeros de trabajo! ¡Me voy a aburrir!
Algo que me gusta recalcar cuando hablo con gente que oye por primera vez o se está introduciendo en la libertad financiera, es que retirarse del mercado laboral es sólo una OPCIÓN adicional que te habrás ganado. Si llegado el momento, estás a gusto en tu trabajo, no te genera ansiedad ni estrés, y seguir trabajando es realmente lo que te apetece, ¡adelante y muchas felicidades por haber conseguido ese puesto ideal! Sólo asegúrate de no ser workaholic.
Pero como ya te comenté en mi artículo ¿Y si a mi me gusta mi trabajo?, pienso que eso no debería frenarte en tratar de conseguir ese objetivo, ya que es muy difícil preveer muchas variables que pueden suceder en los próximos años, y repito, haber logrado la libertad financiera simplemente te va a dar una opción extra a considerar en todo momento.
Habiendo dejado claro este matiz, por supuesto a mi también me daría cierto miedo pensar que mis próximos años los voy a pasar en el sofá viendo series en Netflix. Y por eso, no lo haré. Considero que aunque el tiempo “improductivo” no es malo e incluso muchas veces necesario, es muy sano saber aprovechar el tiempo de multitud de formas más productivas. El ocio inmediato rara vez nos trae felicidad a largo plazo. Y de hecho, a cuantos más estímulos de ocio inmediato acostumbramos a nuestro cuerpo, más nos va a costar ser felices y sentirnos realizados. Este proceso se llama adaptación hedónica (profundizaré más en este tema más adelante). Por ejemplo, cuando miras hacia atrás en el tiempo, es muy probable que haberte tomado cada día una cerveza mirando un programa absurdo en la televisión, a día de hoy y para tu futuro yo no aporte nada (positivo). Haber hecho ejercicio, sentirte bien con tu cuerpo habiendo aumentado tu autoconfianza y estar sano sí lo hará. O haber leído un libro por semana, o construir relaciones sociales fuertes, o haber desarrollado cualquier capacidad.
Las personas que conozco que han conseguido o tratan (de forma seria y realista) lograr la meta de la independencia financiera, raramente se aburren ya que aprovechan su tiempo de una forma productiva, pensando en el largo plazo, y sobre todo en actividades que les den una sensación de significado y propósito. Piensa por un momento en cuáles dirías que son tus prioridades en la vida. Un ejemplo podrían ser:
- Familia
- Salud
- Libertad
- Autorrealización
Puede que tu lista de prioridades varíe, pero reflexiona para cada una de ellas si el hecho de trabajar o tener libertad financiera la lastraría o si por lo contrario la potenciaría.
En este caso:
- Familia: no trabajar te permitiría tener más tiempo libre, el cual poder dedicar a tus allegados.
- Salud: mayor tiempo para hacer ejercicio, para cocinar más saludablemente, y reducir el estrés sin duda juegan a favor de tu salud.
- Libertad: como decía anteriormente, muy poca gente que consigue la libertad financiera deja de trabajar completamente. Pero lograrla te permite hacerlo con tus términos, condiciones y horarios, a la vez que permitirte hacerlo desde cualquier lugar del mundo o sólo en las temporadas que realmente te sientas con ganas.
- Autorrealización: es común que tras llegar a la meta financiera, uno se dedique a aquello que realmente le apasiona, a lo que le llena, mientras que es inevitable a veces sentir que perdemos el tiempo en un trabajo regular.
Cómo utilizar concretamente tanto tiempo es lógicamente muy personal, pero la lista de cosas que por suerte podemos permitirnos hoy en día tiende al infinito: hacer voluntariados, vuelta al mundo, excursionismo, aprender cualquier deporte, hacer viajes temáticos, aprender a tocar un instrumento, dar clases o enseñar cualquier habilidad, escribir un blog, contribuir en una protectora de animales, esquiar, empezar un podcast, viajar en autocaravana… vamos, que te va a faltar tiempo para poder ver series en Netflix 🙂
